La iniciativa responde a la limitada intervención de estudiantes como actores activos en la promoción y prevención de la salud mental, frente a un modelo tradicional centrado en una perspectiva adultocéntrica.
El recinto ha organizado un sistema para los servicios clínicos que incluye 2 visitas al mismo tiempo y una distinción en horarios, según historial médico de los pacientes.
Los profesionales médicos, tras cursar y terminar una beca de especialización, costeada por el Estado, tienen la obligación de permanecer en algún establecimiento de salud pública.