“Mi experiencia en el parto, a pesar de haber tenido cesárea, fue muy agradable…desde el momento que ingresé no me han dejado desamparada y me mantienen informada en todo momento. Me han tratado con mucho cariño y eso se refleja, me siento cómoda y tranquila”. Las palabras son de Gillian, paciente puérpera quien vivió su parto por cesárea y nacimiento de su hijo en el Hospital de Quilpué.

Para el equipo de matronería del Servicio de Ginecología y Obstetricia, todo nacimiento es un evento personal y único en la vida de las personas, que involucra a la persona que nace, a la que está pariendo, a su pareja o acompañante, y a su entorno familiar. Es también una ventana de oportunidades para brindar las mejores prácticas de atención a las mujeres gestantes y al recién nacido, acciones que impactarán a lo largo de la vida de ambos.

Cada tercera semana de mayo se celebra en todo el mundo la Semana Mundial del Parto Respetado, con la finalidad de velar por los derechos de las mujeres gestantes desde el embarazo, el parto y postparto. “El lema internacional de este año fue ‘Cuidar del nacimiento, es también cuidar de las familias’” cuenta la matrona Fernanda Oróstica, expresando que este año “hemos puesto mucho empeño en dar a conocer a nuestra comunidad lo que hacemos día a día por un parto respetado y el esfuerzo para que esto suceda durante todo el año”. 

Su colega, Patricia Lara, expresó que se busca “empoderar a las gestantes de su propio proceso y también hacer valer sus decisiones de cómo vivir su parto y nacimiento de su hijo/hija, difundimos hartas frases motivadoras y pensando que la forma en que nacen estos nuevos seres, también va influir en su vida adulta”.

Según explicaron las profesionales, el Parto Respetado se traduce en un proceso de mayor información de todo el proceso, que las gestantes conozcan el lugar dónde van a estar, los procedimientos que se van a realizar y que pueda tomar sus propias decisiones. “Acá trabajamos con un plan de parto que ya viene desde los controles en la atención primaria, el cual se adapta a su realidad en el Hospital y en lo posible poder respetar todas las decisiones de la gestante que dejaron plasmada en esta encuesta”, comentó la matrona Patricia Lara.

Matronas capacitadas y parto vertical

Para desarrollar este modelo de atención, según explicó Fernanda Oróstica “hemos hecho bastantes cambios en la maternidad. No solo tenemos partos en litotomía que es la posición clásica. Varias colegas nos hemos capacitado en parto humanizado – alrededor de un 40 por ciento de las matronas- y hemos tratado de incorporar este modelo de atención, teniendo partos verticales, en una posición mucho más favorable para el procedimiento y para el propio confort de la mujer. Hemos tratado de empoderar a las mujeres para que puedan decidir qué tipo de parto quieren tener, que no sea impuesto por el equipo, sino que ellas, con la información que reciben ojalá en atenciones de APS, puedan decidir. Eso es lo fundamental, dar la posibilidad de que las mujeres puedan decidir cómo vivir su parto”, expresó.

Las pacientes se van contentas, con una sensación de empoderamiento distinta, porque encuentran la disposición en el equipo de salud para vivir su parto de una manera única y personal, incluso en lo posible, durante el parto por cesárea.

“Los derechos de las pacientes que tienen su parto por cesárea muchas veces se invisibilizan. Lo que estamos intentando hacer como proyecto a futuro, es personalizar el parto por cesárea, e incorporar estas decisiones de las gestantes en el pabellón, con luz tenue, con la música que ellas quieran escuchar, independiente que sea un ambiente quirúrgico, en un área más estéril y con muchas más reglas. Que se siga respetando como algo familiar, tenemos la responsabilidad de hacer vivir a estas familias la incorporación de su nueva hija e hijo como algo importante. Y que se vayan igual de contentas que las que se van con parto vía vaginal”, expresó la matrona Patricia Lara.

La celebración de la Semana del Parto Respetado se vivió a través de una serie de actividades de difusión y sensibilización acerca de este modelo de atención, como la exposición de fotografías, pinta guatitas, talleres desarrollados por internas, entre otras dinámicas que fueron valoradas por las pacientes y sus familias.